El Demiurgo palabra griega que bajo el concepto gnóstico y para lo que en el platonismo era imperfección, en el gnosticismo se transforma en maldad. El Universo era para los gnósticos una gradación, desde lo más sutil (Dios) hasta lo más bajo (la materia). Así el demiurgo como creador y ordenador del mundo material, se convierte en encarnación del mal, aprisionando a los hombres y encadenándolos a las pasiones materiales.
En un articulo anterior escribí sobre que o quien es Dios y es de or
den que ahora habla del Demiurgo que seria algo como lo contrario a Dios. Sabemos que Dios es la entidad máxima que nosotros conocemos en este presente y desde que fuimos creados. Por lo menos todos aquellos que formamos parte de esta Creación desconocemos qué hay más allá de nuestro Padre.
Más allá de este Todo existe un vacío real llamado el Caos que está habitado por unos seres denominados primordiales que fueron modelados por quién sería la contraparte de Dios, llamado el Demiurgo.

Entonces el ser encarnado evalúa el odio desde una base, desde una postura. Odio porque me han hecho tal cosa. Odio porque me han abandonado. Odio porque me han traicionado. Odio porque me han mentido, porque me han dañado, porque me han perseguido. Odio porque envidio. Odio porque quisiera estar en la posición de esa otra persona en la que deposito mi odio.

Entonces se trata de vibraciones. Esto se puede prestar a confusión porque muchos preguntarán posteriormente ¿El amor no es un sentimiento y el odio su contraparte? o ¿tal vez el odio sea un sentimiento que abreva de la emoción? una emoción densa, negativa… No se descarta nada de ello pero humildemente pienso, evalúo, que tanto nuestro Padre Dios como el Demiurgo no tienen razones Uno para amar, Otro para odiar. Su misma vibración les hace, entre comillas, ejercer esa virtud o ese defecto. Y de esa manera logran un equilibrio.
Si nosotros como espíritus somos creados nuevamente vamos a estar una octava más alta vibracionalmente que en esta Creación. Entonces Dios y sus Creados evolucionamos.
El Demiurgo, como su vibración es el odio, no evoluciona. Sus criaturas, sus modelados, no evolucionan. No cumplen la función que se cumple en las criaturas de Dios, los demonios, y buscar tentarnos para, a través de decir ‘No’ a esas tentaciones, aprendemos y evolucionamos. Porque ellos están fuera de ese, entre comillas, Plan Divino.

Como contraparte el Demiurgo es una vibración de odio, y ya expliqué que es un odio vibracional, no por una causa determinada como los seres del plano físico que los impulsa a sentir ese odio. Entonces ese ser no evoluciona. Quizá, tal vez hay que profundizar el tema e investigarlo más, sea necesario para equilibrar el universo para contrarrestar esa Creación. Como los Aes en la Creación son entidades altísimas que vibran el plano diez para formar una cadena de equilibrio y evitar que este universo colapse antes del tiempo que tiene que colapsar.